01 noviembre 2013

La tradición de Día de Muertos y las principales causas de muerte en los tlaxcaltecas

En 2003 la UNESCO declaró Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, a la celebración del Día de Muertos en México. De origen prehispánico, con la llegada de los españoles a México, ésta se combinó con la celebración católica de Todos los Santos y Fieles Difuntos y se conmemora los días 1 y 2 de noviembre como una de las tradiciones con más arraigo.


El Día de Muertos es una fecha propicia para reflexionar sobre el volumen y las causas de muerte de los Tlaxcaltecas, ya que éstas son el reflejo de las necesidades de bienestar que se requiere establecer y prevenir en cuanto a los servicios sociales y las necesidades de atención de los servicios de salud.

El Gobierno del Estado pone especial énfasis en proveer la protección social que garantice el derecho al acceso a la salud para todos los Tlaxcaltecas y evite problemas inesperados que incidan en la economía familiar. De este modo, la actual Administración estableció en el Plan Estatal de Desarrollo 2011- 2016 estrategias y líneas de acción orientadas a la protección, promoción y prevención en salud a fin de reducir la mortalidad por enfermedades crónicas y la mortalidad infantil y materna.

En el estado, según el Consejo Nacional de Población (CONAPO), en 2013 la tasa bruta de mortalidad se estima en 5.37 defunciones por cada mil habitantes, y se prevé que se incrementará hasta llegar a 6.01 defunciones por cada mil habitantes en 2030 como consecuencia del envejecimiento poblacional, ambas tasas están por debajo de las nacionales que son de 5.68 y 6.73, respectivamente.

Por su parte, la esperanza de vida total al nacimiento para los tlaxcaltecas según el CONAPO se estima en 74.8 años; para las mujeres en 77.5 años y para los hombres en 72.3. Estos datos están por arriba de los nacionales al ser de 74.5 años; para las mujeres en 77.4 años y para los hombres en 71.7.

La mortalidad infantil es otro de los principales indicadores demográficos que reflejan las condiciones de vida y el desarrollo socioeconómico. A nivel estatal, entre 1990 y 2013 este indicador se redujo en 64.7 %, al pasar de 41.9 a 14.8 defunciones por cada mil nacimientos. Por otro lado, la mortalidad materna se redujo en un 78 % entre 1990 y 2011 al pasar de 126.8 a 27.3 defunciones maternas por cada 100,000 nacidos vivos. No obstante, este indicador aún dista de alcanzar la meta de 22.3 defunciones propuesta para 2015, como parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

En nuestra entidad, la estructura de la mortalidad por edad y sexo presenta importantes diferenciales. Según el CONAPO, de las 6,673 defunciones estimadas en 2013, 55.31 % corresponderán a hombres y 44.69 % a mujeres, lo que significa que fallecerán 124 hombres por cada 100 mujeres. Este fenómeno se presenta en todos los grupos de edad y se manifiesta con mayor intensidad en el grupo de 15 a 29 años donde se registrarán 253 defunciones masculinas por cada 100 femeninas. Por otro lado, del total de muertes que ocurrirán en 2013, el 55.6 % se darán en la población de 65 años y más, 31.2 % en adultos de 30 a 64 años, 7.9 % en la población infantil de 0 a 14 años y 5.3 % en los jóvenes de 15 a 29 años.

El conocimiento de las causas de muerte constituye un elemento fundamental para las políticas públicas, debido a que permite la planeación y evaluación de programas de salud, encaminados a prevenir enfermedades y prolongar la sobrevivencia de la población. En este sentido, en 2011, según registros de la Secretaría de Salud (SESA), la diabetes mellitus, las enfermedades isquémicas del corazón, las enfermedades cerebrovasculares, la cirrosis y otras enfermedades crónicas del hígado, y las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas figuran como las principales causas de muerte de la población, y en su conjunto ocasionaron 41.94 % de los decesos totales.

También las causas de muerte presentan diferenciales según la edad y el sexo. Los niños de 0 a 14 años mueren principalmente por causas prevenibles relacionadas con el embarazo o nacimiento y por enfermedades infecciosas; los jóvenes de 15 a 29 años mueren en su mayoría por causas externas, tales como accidentes, nefritis, homicidios o suicidios; los adultos mayores de 30 años fallecen principalmente por enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, las enfermedades crónicas del hígado y enfermedades del corazón; finalmente, los adultos de 65 años y más mueren por enfermedades del corazón, la diabetes  y enfermedades cerebrovasculares.

A nivel general, el diferencial por sexo sólo se vislumbra en que, a diferencia de las mujeres, en los hombres los homicidios aparecen como una importante causa de muerte; en los grupos de edad de 15 a 29 años y de 30 a 64 años es en donde se presentan las mayores diferencias.

La mayor parte de la población joven (15 a 29 años) que fallece es hombre, y poco más de la mitad de ellos fallece como causa de una agresión (10.7 %), un accidente (19.9 %) o un suicidio (8.7 %). Las mujeres jóvenes, aunque también fallecen por las causas mencionadas, presentan una menor incidencia de éstas, ya que el 23.6 % fallece por esas causas.

Por su parte, en la población adulta de 30 a 64 años de edad las diferencias por sexo radican en que, entre los hombres, los accidentes y las agresiones todavía aparecen como la tercera y quinta causas de muerte, precedidas por la diabetes y las enfermedades del hígado; mientras que en las mujeres la enfermedad cerebrovascular es la segunda causa de muerte, y la diabetes provoca más muertes en las mujeres que en los hombres.

A manera de conclusión, la celebración de Día de Muertos nos recuerda a quienes se han ido; también nos recuerda que podemos prever una buena calidad de vida a la vez que prevenimos enfermedades, que al paso del tiempo nos impedirán disfrutar las diferentes etapas de nuestra vida: una alimentación equilibrada y moderada, hacer ejercicio y evitar el sobrepeso, son factores clave para lograrlo.




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