11 febrero 2014

La migración en la era Obama

En los cinco años que Barack Obama ha permanecido en la Casa Blanca, ha cambiado mucho el flujo de inmigrantes “irregulares”, al sur del Río Bravo.

Mientras el número de mojados mexicanos va en descenso, los indocumentados provenientes de las naciones centroamericanas se incrementaron 27% durante el 2013.


Las estadísticas más recientes de la Oficina de Aduanas e Inmigración de Estados Unidos registran 47,769 ciudadanos guatemaltecos deportados, mientras que otros 42,692 eran hondureños y salvadoreños. Ese bloque -que suma 90,461- apenas representa una cuarta parte de los indocumentados detectados y expulsados por la patrulla fronteriza, el año pasado. El resto son mexicanos.

Las deportaciones alcanzaron un mínimo histórico desde el 2009, cuando Obama asumió la Presidencia; sin embargo, no necesariamente es producto de un cambio de la política migratoria del gobierno de EU. Todo lo contrario.

En estos cinco años, las autoridades de EU han deportado a 1.8 millones inmigrantes indocumentados y si bien la reciente disminución en el número de casos resulta positiva, no evitará que se rebase este mismo año la barrera psicológica de los 2 millones de desterrados.

¿Entonces qué ha cambiado? Los especialistas han detectado que la administración de Obama ha apelado con mayor frecuencia a la prosecutorial discretion, para deportar en primera instancia a delincuentes violentos y otros individuos que sean considerados “amenazas a la seguridad nacional”. La deportación de los criminales convictos -categoría que distingue entre los condenados por delitos graves y delitos menores- lleva más tiempo y requiere muchos recursos, lo que reduce el total de deportados. También está la aplicación de la “acción diferida” (DACA, por su sigla en inglés) que ha reducido las cifras de deportación, mediante la concesión de indultos a más de 450,000 jóvenes dreamers.

¿Amnistía o regularización? Una encuesta del Pew Research Center reveló recientemente entre la población hispana es más importante evitar la deportación que obtener la ciudadanía. Y en concordancia con esta postura, los congresistas estadounidenses son más proclives a regularizar el estatus migratorio de los indocumentados, sin abrir las puertas a una amnistía. La propuesta de Obama para reformar las leyes migratorias está en un punto muerto, más por las maniobras políticas de la oposición, que por una falta de respaldo de los republicanos. Y como los asuntos presupuestales y la Obamacare quedó capturada por las maniobras políticas de la oposición.

Paradojas de la migración en la era de Obama: mientras las cifras sobre indocumentados van a la baja, el número de niños afectados por las políticas del gobierno estadounidense crecen, rampantes. Allí están -a manera de ejemplo- los 205,000 niños nacidos en la Unión Americana que perdieron a alguno de sus padres por las deportaciones, entre julio del 2010 y septiembre del 2012.

Lógico es inquietarse por aquellos menores de edad que también serían expulsados, pero la verdadera preocupación debe ser el cúmulo de menores que han sido dados en adopción por las autoridades de EU, destaca Amalia García, quien preside la Comisión de Asuntos Migratorios en San Lázaro.

En otra faceta del mismo drama, Gabriela Cuevas Barron, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la República, ha insistido en visibilizar los saldos de uno de los fenómenos más perniciosos de la actualidad: la migración de niños no acompañados -cuya dimensión real todavía no capturan las estadísticas oficiales- y su correlato, su difícil repatriación.

EFECTOS SECUNDARIOS

DOS DE TRES. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, que encabeza Guillermo Haro Bélchez, emitió una recomendación al gobierno de Morelos, del perredista Graco Ramírez, en atención a las quejas de organizaciones ecologistas que denuncian la construcción de 700 casas en un predio de vocación silvícola. La semana pasada, la Profepa emitió su primera recomendación -también a una administración perredista- para la revocación inmediata de un lujoso proyecto residencial que se edificaba en la zona de Lomas Altas, en la delegación Miguel Hidalgo. Para finales de esta misma semana vendrá una tercera recomendación.

EXCESOS. Justo hace 12 meses comenzaba uno de los ajustes más inicuos en lo que va del sexenio, que derivó en la salida de Ernesto de Lucas Hopkins de la dirección general de Proméxico. Ese relevo, sin embargo, no terminó con las situaciones anómalas ni con las opacidades en ese organismo. Al menos, así lo determinan las autoridades encargadas de los controles internos, que apenas hace dos semanas decretaron la inhabilitación, por negligencia administrativa, de Gabriel Padilla Maya, quien es el jefe de la Unidad de Promoción de Inversiones y Negocios Internacionales. El proceso administrativo que derivó en su castigo -que incluye el pago de una multa- compete a irregularidades cometidas tras su estancia en la Coordinación de Promoción Comercial y Fomento a las Exportaciones, de Aserca. No obstante de haber sido incluido en el Registro Nacional de Servidores Inhabilitados, Padilla Maya todavía despacha en la sede central de Proméxico, cuya página de Internet -dicho sea de paso- es una de las peores de la Administración Pública Federal.




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