El defensor de los derechos de los migrantes, el presbítero Alejandro Solalinde Guerra, expuso que la migración no es un desfile de pobres ni un éxodo de personas empobrecidas, sino un “signo de los tiempos” de la globalización, a causa de la franca decadencia del sistema neoliberal, en donde el ser humano es una mercancía devaluada.
Alejandro Solalinde Guerra señaló que en el país los migrantes son secuestrados, violados, extorsionados y vejados hasta por las propias autoridades locales, desde Tapachula, Chiapas, hasta la capital de la República
El fundador del albergue Hermanos en el camino dijo que en la actualidad más de 216 millones de seres humanos se están desplazando forzadamente en el mundo, a lo que se ha considerado la movilidad humana más grande en la historia, y no precisamente por turismo.
“Este fenómeno puede ser entendido desde varias lecturas; una de ellas es que los migrantes están dejando sus lugares de origen porque son inhabitables por causas económicas, porque el sistema neoliberal no se sostuvo, está en franca crisis y decadencia y no garantiza la subsistencia de la población”, destacó ante el abarrotado Auditorio de la Facultad de Economía de la UAP.
Esto fue declarado durante la conferencia que ofreció el párroco durante la jornada Migración que organizó la casa de estudios, bajo el tema Migración Tránsito por México, caso Puebla.
En la plática también participó el cura Gustavo Rodríguez Zárate, coordinador del Albergue para Migrantes La Asunción, ubicado en la ciudad de Puebla, además del maestro Honorio Ojeda Lara, director de la Facultad de Economía, y la maestra Teresa Bonilla.
El activista destacó que la migración es una legítima aspiración de todo ser humano en la búsqueda de una calidad de vida, debido a que el sistema neoliberal propició la concentración de la riqueza mundial en 1 por ciento de la población.
Aseveró que en México sólo 10 por ciento de los habitantes amasa la riqueza de la República Mexicana.
Sin embargo, dejó en claro que el fenómeno de la migración no sólo es por causas económicas sino sociales, donde el ser humano es una mercancía en continua devaluación.
“Hoy en este país somos mercancía porque podemos ser secuestrados, las mujeres son vendidas para la trata de personas, la esclavitud moderna y el negocio más rentable en el siglo XXI, ya que obligan a una jovencita a 50 o 70 actos sexuales al día”, expuso el cura, luego de recordar algunos relatados de las propias migrantes.
En ese sentido, lamentó que nuestro país sea una “experiencia desastrosa” para quienes atraviesan el territorio, en su paso a los Estados Unidos.
Refirió que en el país los migrantes son secuestrados, violados, extorsionados y vejados hasta por las propias autoridades locales, desde Tapachula, Chiapas, hasta la capital de la República.
Por lo anterior demandó al gobierno federal cumpla con la Ley Migratoria de México, a la que consideró una de las más avanzadas en el mundo, pero que en los hechos no se aplica.
Como muestra, expuso el aumento desmedido en el número de secuestros, feminicidios y desapariciones forzadas, que en su mayoría no son denunciados ante las autoridades por su complicidad, por lo que dijo que de los casos que se llegan a reportar, 98 por ciento quedan impunes.
Informó que de febrero a la fecha más de 10 mil transmigrantes de Centro y Sudamérica desaparecieron en su tránsito por México.
Al respecto, Alejandro Solalinde reprochó a las autoridades que vean a la migración como una fenomenología de la tragedia, mientras reconoció que los países expulsores de migrantes sólo se preocupan por las remesas.
Comparó que tanto el gobierno mexicano como el estadunidense son punitivos, pues confeccionan leyes a modo para criminalizar a los migrantes.
“Hoy EU no recibe al migrante aunque necesite de su mano de obra barata, pero su crecimiento poblacional evidenció el año pasado que este país ha dejado de ser anglo, la gente que nace ya no es güera, ya no es gringa, sino latina, asiática o negra”, precisó al auditorio.
Al último de la charla recalcó que esta nueva era de migrantes que comenzó a darse en el último lustro será la encargada de refundar a los Estados Unidos.
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